lunes, 15 de agosto de 2011

NOVEDADES BIBLIOTECA YAMAGUCHI


Agosto 2011


El bueno de Cuttlas. Integral 2, de Calpurnio. Glénat, 2011. (nº 4, Humor)
Cuttlas, el popular pistolero de trazo sencillo y minimalista creado por Calpurnio hace más de dos décadas, ha vuelto a sus orígenes en esta recopilación integral de gran formato y a todo color para que podamos disfrutar de su particular universo en el Far West más contemporáneo. Las historietas que recopila Ediciones Glénat en este tomo fueron publicadas originalmente por la Editorial Makoki y El País de lasTentaciones. (Reseña de la editorial)
Los buenos vecinos, de Holly Black, Ted Naifeh. Dibbuks, 2011. (nº 6, Fantasía)
La vida de Rue Silver no es para nada lo que parece ser. Su madre ha desaparecido y su padre ha sido acusado de asesinato. ¿Es culpable o se trata de otra cosa?
Rue escarba profundo en el pasado de su familia y hace un descubrimiento sorprendente: su madre es un hada que ha regresado al reino de los seres fantásticos rompiendo una promesa. Con el fin de traerla de vuelta, Rue debe sumergirse en las profundidades de su propia identidad, y seguir a los siniestros vericuetos de su destino.
Igual que hizo magistralmente en sus Crónicas de Spiderwick y en sus novelas Tithe, Valiant y Ironside, Holly Black recrea un oscuro y misterioso mundo repleto de amenazas, romances e ilusión en Los buenos vecinos… pero en esta ocasión unido a la rebosante imaginación del artista gráfico Ted Naifeh. (Reseña de la editorial)
 
Iglesia y Estado. Primera parte, de Dave Sim. Ponent Mon, 2011. (nº 14, Aventuras)
El mandato de Cerebus ha llegado a su fin. Después de lo acontecido en Alta Sociedad, Cerebus decide retirarse a escribir sus memorias… Hasta que le ofrecen un puesto que no será capaz de rechazar. Pero esta vez las cosas han cambiado: nuestro cerdo hormiguero ya ha aprendido la lección y no va a dejarse manipular por cualquiera. Las aventuras de Cerebus continúan en castellano en la primera parte de Iglesia y Estado, tercer volumen de la serie. Además, este tomo tiene todo un aliciente: podremos ver por vez primera los detallados fondos de Gerhard. (Reseña de la editorial)
Adolf, de Osamu Tezuka. Planeta DeAgostini, 2010. 2 v.
(...)Adolf”, quizá la obra más madura de Osamu Tezuka. Adolf fue la primera serie que apareció con las características que mejor definen a la colección Trazado: un formato que siempre intenta ser el más apropiado a la obra, una calidad inmejorable y la exhaustiva laboriosidad con la que se llevan a cabo las ediciones.
A pesar de que el tiempo que ha transcurrido desde esa primera edición no es excesivamente elevado (tan solo tres años), el éxito de “Adolf” ha sido tal que los cinco libros de que consta la obra se encuentran prácticamente agotados. Desde su publicación en España, “Adolf” ha sido galardonado en nuestro país en numerosas ocasiones: obtuvo el premio a la mejor obra extranjera en dos ocasiones (Expocómic 2000, Salón del Cómic de Gijón 2001); el premio al mejor manga por votación popular en otras dos (Salón del Cómic de Barcelona 2000 y 2001); Mejor Cómic del año 2000 (Rockdelux 2001) y obtuvo otra nominación a la mejor obra extranjera (Salón del Cómic de Barcelona 2001). Ante tal respuesta del público y de la crítica, Planeta DeAgostini ha decidido realizar una segunda edición de los cinco libros (tercera en el caso del número uno) de una serie tan interesante como ésta, que siempre reporta una satisfactoria lectura tanto para los habituales aficionados al cómic como para los infrecuentes lectores exógenos. En esta nueva edición se corrige y mejora la anterior, poniendo gran cuidado en detalles como la inserción del logo de la colección Trazado y también en asimilar el aspecto exterior de “Adolf” al del resto de los títulos de la misma, como por ejemplo “Buda”, obra también de Tezuka, con la que comparte el formato.
La importancia de llamarse Adolf; Kamil, Kauffmann o Hitler, como los tres personajes a los que alude el título de la serie, no deja de ser una mera coincidencia. Los protagonistas de la historia son Adolf Kamil y Adolf Kauffmann, dos amigos que verán muy claras sus diferencias al estallar la Segunda Guerra Mundial. Kamil es judío, y aunque se considere japonés por haberse criado allí, el estigma de su religión es muy fuerte en esa época. En frente, Adolf Kauffmann, hijo de una japonesa y un diplomático alemán perteneciente al régimen nazi.
“Adolf” cuenta la historia de la relación desencontrada entre ellos; cuenta la historia de Adolf Hitler, un dictador megalómano, a veces hasta paródico, y de la guerra que origina su locura; cuenta la historia de Sohei Toge, un periodista que arriesga mil veces la vida por descubrir y proteger la verdad, una verdad que podría revolucionar el mundo en el que se mueven los personajes, y que no deja de ser el mismo mundo real que vivió esa Segunda Guerra Mundial; “Adolf” cuenta la historia de la evolución de esos complejos personajes entre 1936 y 1983, centrándose principalmente en los años de la guerra pero, sobre todo, “Adolf” habla de las personas. Por esto hay que señalar la importante labor documentalista llevada a cabo por Tezuka para la correcta recreación del periodo histórico que representa en la obra y que, no lo olvidemos, a él le tocó vivir de primera mano.
Sin duda la clave del éxito de un cómic como “Adolf” no está tan solo en el estupendo arte de su autor, tan personal y característico por otra parte. “Adolf” tiene una sólida estructura narrativa, una ucronía quizá, pero perfectamente aplicable a la historia que conocemos, a la historia de las relaciones humanas en los tiempos difíciles, a las historias de amistad, de lealtad y de perseverancia, unos valores que impregnan importantemente a los personajes de Tezuka. “Adolf” es una obra que pretende reflejar estos valores, que pretende reflejar los tiempos pasados. Aunque “Adolf” es, al fin y al cabo, solo una historia. (Reseña de Germán Muñoz Jiménez, para PlanetadeAgostini)
 

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